domingo, 14 de marzo de 2010

REMAINDER MEMORY


En los últimos veinte años, un grupo selecto de científicos y médicos especializados en neurología han estado desarrollando una serie de pruebas en torno a un experimento denominado Remainder Memory. El estudio se realizó en una población de mil personas, a quienes sin su consentimiento y a algunos desde su nacimiento, se les insertó un microchip en el lóbulo occipital que se extiende hasta el tálamo posterolateral derecho. Ambas zonas cerebrales son las que intervienen en la percepción del entorno, algunos procesos emocionales y la memoria visual. Las pruebas en su mayoría consisten en programar recuerdos falsos de sucesos impactantes y traumáticos de la misma forma como se reproducen los sueños, monitoreando a través de chequeos electromagnéticos el funcionamiento cerebral en este tipo de casos y el proceso consecuente. De allí se pretende seguir a la segunda fase, que es la de buscar el mecanismo para suprimir el recuerdo. El fin de este experimento es crear una sociedad feliz, eliminando traumas, fobias, ansiedades y todo tipo de trastornos relacionados con el estrés postraumático sin recurrir a métodos psiquiátricos que en muchas ocasiones causan estragos en el normal funcionamiento del cerebro.
Hace unos meses, el Centro de Estudio Mental declaró al gobierno que los experimentos contenían un alto margen de error, pues con los recuerdos programados, muchos sujetos comenzaron a suicidarse. Las autoridades estaban esclareciendo la verdad acerca de una creciente ola de suicidios en el país, más que todo de jóvenes nacidos entre los años 1988 y 1992, pero ante los medios no se dio ninguna versión al respecto. Sin embargo, hace unos días, el gobierno señaló como un acto criminal el hecho de utilizar a seres humanos para experimentos tan riesgosos. Eso fue poco antes de que los sujetos de prueba que aún seguían con vida quedaran automáticamente inertes al tiempo. Se dice que por un error técnico los microchips se apagaron, y por consiguiente los sistemas nerviosos centrales de los individuos se anularon, dejando como saldo un total de 784 personas en estado vegetativo. Las denuncias por parte de los familiares de las víctimas no se han hecho esperar, aunque aún no se han reportado capturas ni explicaciones al respecto. La gente teme que los experimentos continúen, y el gobierno no ha hecho nada por minimizar la alerta. ¿Y si ha sido así desde siempre? ¿Y si la realidad que conocemos hasta ahora ha sido programada en su totalidad? Cualquier duda tiene cabida en esta grave situación.

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